Hablando de pensar a hacia dónde voy, no lo sé, yo pienso que estoy labrándome un camino, pero ciertamente no lo se.
Es como si cavara la vía para un tren, pusiera los rieles y las maderas, desde el alba hasta la puesta, yo solo, con un plan, pero sin mapa, sin guía, sin planos.
Hasta sin saber cómo hacer.
Para ser sincero, nadie sabe hacia dónde va, tenemos una vaga idea y tenemos un plan, pero nadie sabemos si vamos a llegar, si en medio de camino un rio se nos travesara y tendremos que desviar el camino.
Porque si no sabemos construir puentes, o no tenemos recurso suficiente para hacer un puente hasta allá, tan largo.
Lo que, si es que no se detiene, el camino sigue pasando bajo nuestros pies, hay pedazos de la vía sin maderos, hay partes del riel sin clavos, porque no alcanzamos a colocarlos.
No se aun a donde voy, no sé si las vías que he dejado van a servir de algo, no sé hasta dónde empieza el mar, no sé cuántos ríos se me van a cruzar.
No tengo un mapa, no tengo los planos de la vida que voy a construir, porque creo que ni siquiera existen para nadie.
La pregunta muchas veces es si tengo que seguir construyendo la vía, o acampar y estacionarme aquí, descansar hasta que tenga ganas de comenzar otra vez.
Pero ya lo hice una vez. ya me estacioné y no gane nada, perdí tiempo, lo más valioso.